El periodo comprendido entre 2008 y 2015 ha revelado un crecimiento global de la industria farmacéutica del 11%. Es un dato estimable, sobre todo si se pondera que los sectores de fabricación en nuestro país han registrado disminuciones de producción durante la crisis económica.

Ya sabemos que la industria farmacéutica es un sector empresarial centrado en la fabricación, preparación y comercialización de productos químicos medicinales que se emplean para el tratamiento y también la prevención de enfermedades. Es decir, el estado de salud de la misma funciona como indicador de la prosperidad y del grado de bienestar de un país.

Por eso son tan relevantes los datos que genera la misma. En ese sentido, hay un dato relevante, España invirtió 928 millones de euros en investigación y desarrollo en 2013. Una cantidad que concuerda con el hecho de que nuestro país sea la décima potencia científica mundial y la quinta por producción en la UE-15.

Así mismo, para comprender la dimensión de estos datos, es importante señalar que la biotecnología en España está creciendo más rápido que en otros países, así como la demanda de su producción. En este marco, el aumento de la financiación genera un ambiente propicio para que nuestra industria se adentre en las industrias farmacéuticas de otros países y busque su hueco en las mismas.