La Comisión de Presupuestos Generales del Estado, celebrada días atrás en el Senado aprobó tres enmiendas relativas al Sistema Sanitario Público.

La principal de las tres para la oficina de farmacia era la referida a la eliminación del límite del 10% en los descuentos.

En un primer momento esta enmienda también de determinaba la obligación de un registro de tales descuentos “interconectado telemáticamente con el Ministerio de Sanidad”, pero al final esta obligación ha desaparecido derivada según unos por una corrección de errores y otros por las gestiones del sector.

Lo que importa es que lo que va a pasar al Congreso es un texto que, si es consolidado, nos traerá un poco de oxígeno a la nuestra maltrecha economía, sin embargo, si se ha mantenido el registro mensual de los descuentos entre laboratorios y distribuidores.

Otra de las modificaciones se refiere al precio de los medicamentos genéricos, ya que se elimina la discriminación positiva de estos, en caso de igualdad de precios tanto en la prescripción por principio activo como por denominación comercial.

Además a partir de ahora las siglas EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico) debe utilizarse para identificar a todos los medicamentos genéricos y solo a estos, con el fin de evitar confusiones en el paciente/consumidor, en el prescriptor y/o en el dispensador.

También se anula por Ley el copago ambulatorio hospitalario.

Ahora habrá que reparar en primer lugar, a la aprobación definitiva por el Congreso, del Proyecto de Ley de Presupuesto que tendrá lugar durante la semana del 19 al 23 de octubre, lo normal es que teniendo el Partido Popular mayoría absoluta pues no haya problemas, no obstante luego tendremos que estar muy atentos a lo que pase el día 20 de diciembre, en las elecciones generales, pues dependiendo del resultado que se produzcan, pudiera suceder que estos presupuestos fueran derogados o no, en función de las mayorías.

De momento, el sector tiene motivos para estar satisfecho por cómo se han desarrollado las cosas en estos asuntos, porque, indudablemente, las enmiendas han servido para resolverlos de la mejor forma para los intereses de las oficinas de farmacia, de los distribuidores y de la industria, tanto del genérico como de las marcas.

No viene mal que después de tantas decepciones, el sector mire el futuro con un poco de esperanza, aunque, veremos a ver si definitivamente el proceso se consolida o por el camino se desvanece.