Puede decirse que existen varios tipos de control de este tipo, uno mucho más habitual y extendido desde hace años y otro que ha venido imponiéndose en los últimos tiempos por la cantidad de ventajas que ofrece.
El primero de ellos no es otro que el clásico acto de fichar de forma mecánica o digital para dejar constancia del momento en el que se inicia la jornada laboral y cuando se termina. Este sistema de control de trabajadores es de los más sencillos y no termina de ser bien visto por todas las plantillas, más si se introduce sin contar con la necesidad de un periodo de adaptación que permita al trabajador amoldarse a la nueva realidad.
Por otro lado, en los últimos años se han creado sistemas de control de horas mucho más efectivos. Estos se aplican para estudiar de cerca el tiempo que se dedica a una tarea concreta aplicando en el análisis una serie de variables bastante interesantes.
Así, ya no es solo la hora de entrada y de salida la que marca el cumplimiento de la jornada laboral. Cada una de las tareas que componen la misma se estudiará de cerca para indicar cuál es la duración que se toma para llevarla a cabo, algo que tiene serias ventajas.
El último sistema de control que te hemos mostrado es el que está imponiéndose en la mayoría de entornos laborales, según nos indican en CUCORENT, expertos en este tipo de sistemas. Pero, ¿por qué? Pues lo primero de todo es que sirve realmente para que el mismo trabajador sepa cuál es su rendimiento por horas y comprenda perfectamente en el nivel de productividad en el que se encuentra.
Esta información sirve tanto para mejorar como para comprender los puntos fuertes y débiles de su actividad. El empleado consigue de esta forma tener en su mano la información necesaria para convertirse en un mejor trabajador, ya que podrá superar sus debilidades con total seguridad.
Por otro lado, la plantilla puede apoyarse de una forma más activa siempre que cada trabajador comprenda cuál es su punto de mayor eficiencia. Los empleados que destaquen en actividades concretas podrán compartir su mecánica de trabajo para que sea todo el grupo el que se beneficie de la misma consiguiendo unos resultados de productividad óptimos.
Si miramos estas mismas características desde el punto de vista del departamento de recursos humano de cualquier empresa, la situación no deja de tener también unas ventajas que resultan muy atractivas sin duda alguna.
Para empezar, la compañía en cuestión tendrá a su alcance un fichero en el que los trabajadores quedarán señalados por su mayor o menor productividad para tareas concretas. Esto puede emplearse de forma dinámica para crear grupos de trabajo o asignar tareas con una mayor eficacia, y es que siempre se podrá elegir al trabajador que mejor rinda en un entorno concreto, actuando por la mejora en el desempeño.
Por otro lado, a la hora de preparar las nóminas tanto el empleador como el trabajador disfrutarán de amplias ventajas. En cuanto al empleado, este sabrá perfectamente que todas las horas extras que ha realizado durante un periodo concreto han quedado perfectamente registradas sin que exista el riesgo de que estas se pierdan y queden sin cerrar.
Por el lado del encargado de realizar las nóminas, la información recibida con este sistema de control será tan detallada que no tendrá mayores problemas para aplicarla efectivamente consiguiendo que los resultados queden registrados de forma precisa.
La motivación en el control horario
Con todo, este sistema debe entenderse siempre como una suerte para los empleados de una empresa que buscan un extra de motivación en su desempeño profesional. A través de diferentes experiencias ha quedado bastante claro que un control como el que te hemos descrito anteriormente es una herramienta llena de ventajas para motivar a una plantilla, algo que sucede por varios factores que queremos compartir contigo.
El primero de ellos no es otro que la información. El control de trabajadores mediante el sistema propuesto anteriormente ofrece a los mismos empleados una cantidad de datos que pueden emplear para diseñar un plan de mejora de su actividad.
Es decir, la plantilla puede motivarse conociendo cuáles son sus puntos débiles o los momentos en los que pierde efectividad, una información ideal para que los mismos empleados pongan mayor empeño en la solución del problema.
Asimismo, un empleado se sentirá más motivado si lleva a cabo una tarea en la que se siente realmente importante y que, además, se le dé especialmente bien. Con el control que hemos descrito por horas no hay mayores problemas para identificar estos puntos fuertes, por lo que el departamento de recursos humanos conseguirá encontrar el lugar perfecto para cualquier trabajador.
Cabe un último factor de motivación: la compensación económica. Siempre se pueden activar pluses de productividad que respondan a una realidad cuantificable en el entorno de trabajo, una situación que ha demostrado ser efectiva en casi cualquier ámbito profesional.
En definitiva, controlar las horas en las que se trabaja y la forma en las que éstas se emplean no deja de ser una gran herramienta para motivar a los trabajadores.