Hablar de Pilar Navajas, en estos momentos, donde el corazón hace patria y manda, es difícil sin emocionarse. Hemos sacado la memoria del alma para recordar parte de lo que nos ella nos enseñó; los cánones, las reglas de juego en la política del orbe farmacéutico, ese microcosmos donde nos movemos aquellos que, por vocación, creemos en la profesión del boticario y no hemos obligado a defenderla.
Ella siempre nos ilustro con su saber, quizás porque a ella le habían salido esos dientes de ratita presumida detrás del mostrador de la botica de su padre. Ella continuamente nos hablaba de la reinvención de la farmacia española desde el trabajo en equipo y así lo resumía cuando nos decía: la farmacia no puede prescindir de equipo humano que integra su estructura. El trabajo en equipo era su consigna, su meta.
Era, por tanto, una fiel defensora de la farmacia como un universo de sensibilidades personales y sentimientos profesionales. Vivía para ella con entusiasmo no solo en el ámbito institucional si no también en el día a día, al pie del mostrador. Contar anécdotas de las vividas con ella sería imposible sin emplear la palabra farmacia pues separar a Pilar de la botica siempre resultó imposible.
Poseía una alegría innata, una jovialidad de ecos andaluces, de ecos cordobeses, aunque llevaba lo castizo a flor de piel, tanto es así que quiso registrar con el nombre de Madrid su farmacia. Hoy sentimos que se equivocó la muerte persona y nos resistimos a pensar que se nos fue Pilar para siempre. Nosotros Pilar, solo creemos que has cogido el AVE para realizar una visita a tu tierra para traer una sonrisa en papel de regalo de la ciudad de Góngora, de la ciudad de las torres coronadas y de los arcángeles. Hoy que estás en tu Andalucía sin Adefarma, sin Fenofar te deseamos que vuelvas algún día y mientras tantos descanses en ese silencio que se rompe con unas dosis de recuerdo.
Su funeral se celebrará el próximo miércoles día 29 de julio de 2015 en la Parroquia Santa Teresa en la Glorieta Pintor Sorolla, 2 a las 20,30 horas.